No es mi intención meterme con los que tienen uno (perdón por adelantado), pero siempre me ha parecido una tontería tener un hámster, qué quieren que les diga. Siempre está metido en una jaula, sólo come, duerme y corre y corre dentro de una rueda sin parar. ¿Dónde irá? O mejor, ¿dónde cree que irá? Cuando les veo hacer eso siempre me recuerdan al Nowhere Man, o a la frase aquella de "Eleanor Rigby":
ALL THE LONELY PEOPLE
WHERE DO THEY ALL COME FROM?
ALL THE LONELY PEOPLE
WHERE DO THEY ALL BELONG?
Cuando se cansa, se dedica a comer. Te mira con cara de nowhere man y traga sin cesar su alimento, pipas, cereales o lo que le echen. Bueno, no traga, los almacena en la boca, como si tuviera miedo que alguien se lo arrebatara. O quizás son acaparadores y egoístas, sin más. Tó pa mí, tó pa mí.
Y cuando acaban, a dormir. Y ya está. Ahí se acaba la vida del hámster enjaulado. Qué bonito y qué gracioso, ¿verdad?
Preferiría tener un lemming, sin duda. Al menos, cuando le da el punto, se suicida, según dice la leyenda.
Y cuando acaban, a dormir. Y ya está. Ahí se acaba la vida del hámster enjaulado. Qué bonito y qué gracioso, ¿verdad?
Preferiría tener un lemming, sin duda. Al menos, cuando le da el punto, se suicida, según dice la leyenda.
Y encima son solidarios...
Pues, a pesar de todo, una vez tuvimos uno en casa, como no, ya no venía de un bicho más. Estaba en la cocina, dentro de una jaula, y hacía precisamente lo que acabo de contar antes: correr, comer y dormir, da igual el orden. De vez en cuando me acordaba que estaba allí – ¡anda, un hámster! -, lo observaba un minuto, si no dormía, y me iba.
Total, que nadie le hacía ni caso.
Nowhere man.
El gato era el único que le acechaba. Se tiraba un rato largo al lado de la jaula, mirándolo fijamente, como pensando: uy, el día que te pille, uy, el día que te pille... Como no salía, ni tan solo a buscar tabaco, finalmente al felino acechador se le hartaban los ojos de observar tanto y se iba a hacer sus cosas. O sea, a buscar un lugar para dormir.
Allí estuvo el hámster durante un tiempo. Un día, al volver a casa, me fijé en la jaula y vi que el roedor no estaba. Alarmado (bueno, tampoco mucho), lo busqué por todas partes y, finalmente, lo encontré debajo de un armario.
Del pobre animal sólo quedaba la piel, ni huesos ni nada más. Estaba aplastada, como si fuera una alfombra de piel de oso, pero en miniatura, y sin la cabeza.
Total, que nadie le hacía ni caso.
Nowhere man.
El gato era el único que le acechaba. Se tiraba un rato largo al lado de la jaula, mirándolo fijamente, como pensando: uy, el día que te pille, uy, el día que te pille... Como no salía, ni tan solo a buscar tabaco, finalmente al felino acechador se le hartaban los ojos de observar tanto y se iba a hacer sus cosas. O sea, a buscar un lugar para dormir.
Allí estuvo el hámster durante un tiempo. Un día, al volver a casa, me fijé en la jaula y vi que el roedor no estaba. Alarmado (bueno, tampoco mucho), lo busqué por todas partes y, finalmente, lo encontré debajo de un armario.
Del pobre animal sólo quedaba la piel, ni huesos ni nada más. Estaba aplastada, como si fuera una alfombra de piel de oso, pero en miniatura, y sin la cabeza.
Sucedáneo de alfombra de piel de oso, para no herir susceptibilidades.
Pobre… Puse la alfombrita sobre la palma de mi mano, me fui a la habitación de mis hermanas gemelas y la coloqué con cuidado debajo de la mesa del salón de la casa de la Barbie, antes de que ella y Ken volvieran de su sesión diaria de footing.
Así cualquiera mantiene la línea.
Salón de Cal Barbie, impresionantemente decorada.
Cuando Barbie y Ken volvieron a casa, vieron la alfombra allí dispuesta. En principio les gustó y se la quedaron, pero al cabo de unos días se cansaron y la tiraron a la basura.
12 comentaris:
ja ja ja
Quines coses que et pasen, colega.
Nosotros tenemos un hamster autraliano. Es gracioso, tiene la cola peluda y se pone a dos patas como su primo el canguro.
pero no está en una jaula. Está en la terraza. Mi hija le ha puesto un bosque, una zona de parque infantil, dos campos de tierra y una caja de zapatos con puerta.
No sale de la caja de zapatos. Creemos que tanta libertad le deprime.
¡como me haces reir!...creo lo mismo de los hamster, vamos, y de los peces, y los loros, y de todo cuanto tenga que estar enjaulado dentro de una casa..
petons,
tania
puajjj no me gustan parecen ratas
Yo tuve uno , rusito, el Buffy , que resultó ser la Buffy.
Murió a los 21 meses dejándome desolada porque mi hija no la echó de menos hasta mucho después.
Yo es que le cojo cariño a todo menos a los insectos .
En fin .
Sólo una cosilla;
es falso que los lemmings se suiciden .
Petons.
Desde que vaig llegir la teva entrada tinc al cap la canço: He's a real nowhere man, / Sitting in his Nowhere Land, / Making all his nowhere plans / for nobody.
Qué bueno, y cojonudo lo de las barbies y sus costumbres escondidas. Algo así sospechaba yo. Por lo demás, yo nunca he tenido hamsters, ni tortugas, ni peces, ni esas cosas; una vez, sí, tuve gusanos de seda, pero no acabo de convencerme. Un perro, y quizás un loro, sí creo que hagan compañía, pero un hamster...
Strongboli, creo que Barbie y Ken se lo tenían calladito porque no hablan, je,je. Al menos los de mi época, les tenía que poner la voz yo.
(si, vale, tuve una Barbie y un ken).
De ratones no sé nada. Nunca tuve un hamster, aunque una vez estuve con un tipo que tenía cara de ratón. Lo que si tuve es una mini tortuga (que se suicidó desde un cuarto piso), algún canario (en realidad mi padre.Yo no soporto ver un animal enjaulado y me daba por soltarlos. Luego mi padre me soltaba a mi un par de guantazos), un par de gatos (que terminaron en la Protectora de animales. Era eso o que mi padre los tirara por un cuarto piso) y un par de cachorros de labrador temporalmente, hasta que sus verdaderos dueños los recogieran. Me encariñé con ellos y luego no quería dárselos a su dueño. Otro guantazo, claro.
Pero hablábamos de hamster, no?...
a mi no me gustan los hamster que se pierde....
Dan cariño. Cariño bobo, pero cariño. Será una proyección, qué sé yo. Pero una vez, con 10 años o por ahí tendría, llegué a criar 18. Papá, mamá y las 16 criaturas que esta parió. Cosa extraña. Pero están. No sé si es absurdo. Creo que hoy tengo exceso de bienestar. Como dice la canción...
Grazie por la visita a mi virtual hogar. Daniel Higiénico es lo más grande del mundo, un artista de los pies a la cabeza como quedan pocos. Afortunado tú eres.
(Los hamster siguen vivos. Corto y cambio)
Els hàmsters des de fa un parell de segles s'assemblen molt als humans. Jo també tinc al cap la cançó de "Els escarabats"
Vamos, amigo, ánimo, Nowhere man pero algunos echamos de menos tus entradas de blog y lo divertidas que eran
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