Ilustración: Llorenç Pubill
Como cada viernes a las 19,44 h., Celedonio amontonó su azarosa vida, tomo sobre tomo, y se dispuso a contar cuentos a sus vecinos: a Jacinto, que no salía nunca de casa cuando llovía porque temía ahogarse en cualquier charco; a Herminia, que leía los libros al revés; a Pancracio, que creía que los chopos daban ciruelas; a Mariano, el gato escritor de novelas negras.
Al empezar a leer, una ráfaga de viento hizo volar los papeles, que desaparecieron para siempre. Celedonio no era capaz de recordar de qué iba el cuento, pero no le importó lo más mínimo: de su boca brotó una palabra tras otra, formando éstas por su cuenta la historia más maravillosa que jamás escuchó su extasiado público.
Cuando Celedonio acabó el relato, recogió su vida y se fue a su casa.
Aquél día, viernes, Jacinto salió a pasear cuando empezó a llover; Herminia leyó un libro del derecho; Pancracio se convenció de que los chopos no daban ciruelas, sino castañas, y Mariano, el gato escritor de novelas negras, empezó a escribir una poesía que hablaba de un contador de cuentos con su azarosa vida a cuestas.
Así mataban el tiempo hasta el siguiente viernes, a las 19,44 h.
Al empezar a leer, una ráfaga de viento hizo volar los papeles, que desaparecieron para siempre. Celedonio no era capaz de recordar de qué iba el cuento, pero no le importó lo más mínimo: de su boca brotó una palabra tras otra, formando éstas por su cuenta la historia más maravillosa que jamás escuchó su extasiado público.
Cuando Celedonio acabó el relato, recogió su vida y se fue a su casa.
Aquél día, viernes, Jacinto salió a pasear cuando empezó a llover; Herminia leyó un libro del derecho; Pancracio se convenció de que los chopos no daban ciruelas, sino castañas, y Mariano, el gato escritor de novelas negras, empezó a escribir una poesía que hablaba de un contador de cuentos con su azarosa vida a cuestas.
Así mataban el tiempo hasta el siguiente viernes, a las 19,44 h.
9 comentaris:
Es entrañable Celedonio. Y su pandilla también. Estás hecho todo un hombre del renacimiento.
Y encima dibujas bien, jodío...
Es bonito pensar que con cada cuento cambiamos y cada página nos volvemos otro
¡Qué ganas de que lleguen los viernes a las 19:44!
Ese dibujo es tuyo?
Y luego cuando te imaginé como un pulpo creativo que utiliza ocho patas , una para la radio, otra para escribir, otra para dibujar , otra para fumar , otra para cotillear ...
me decías que no.
Anda ya.
Genio.
Me paso luego con más tiempo, sólo era para informarte que te he enlazado, sin nocturnidad y con alevosía. Que lo sepas.
;-)
El conte és interessant pel que no diu. No saps si el següent divendres tornarà a passar el de l'anterior o alguna cosa nova, però té com una mena de contingut cíclic que m'ha encantat. Petons.
que lindo el cuento y la ilustración....oye y aquellas ilustraciones que me ibas a hacer?
BÁRBARA, que no hay para tanto, ya me gustaría, ya. De hecho es lo que me hubiera gustado ser, pero me he quedado en aprendiz de todo, maestro de nada. Merci, no obstant.
ELPA, gracias, pero es mi mano que va sola, yo no hago nada...
Eso estaría bien, MIGUEL, como los actores.
FLAVIA, gràcies per la visita. Quedem divendres, doncs (19,44h).
REYES, que no, que yo no cotilleo, que lo sepas, y además vivo en un piso, no en una lámpara frotable. Petons.
TORTU, y por qué, sin nocturnidad? Así no tiene gracia, con lo bonita que es la luna...
TXELL, és una de les gràcies de viure, suposo, que no saps mai què et passarà el dia següent. Petons.
TRIL, gracias gracias. Lo otro tienes razón, sólo hay que rehablarlo.
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