La situación era cada vez más crítica…
Súbitamente dejó de caer en picado y fue a parar en plancha a un río ocanal; el agua le iba cubriendo cada vez más su maltrecho cuerpo. La corriente descendía velozmente, tropezando con todo tipo de objetos: piedras, papeles, cartones, colegas en su misma situación, madera, algas, plásticos… Y ratas, sobretodo ratas, que parecían sentirse a sus anchas en aquel río tan asqueroso.
Iba hundiéndose cada vez más, las fuerzas empezaron a fallarle; notaba cómo se le iba la vida, y que ya no podía luchar más por conservarla. Dio un repaso fugaz a su también fugaz existencia y gritó, antes de morir:
- Realmente, esta vida es una mierda!
Y exhaló el último suspiro.
Así acabó la existencia de un furullo cualquiera.
Bella tapa de cloaca.
2 comentaris:
llurrr, huele mal...
No, que éste no huele... Pero igual se me ha ido la olla un poquito. Cuelgo otro, va.
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