dimecres, 20 de maig del 2009

PIMPIM

La primera foto que tengo como jugador de fútbol. El equipo se llamaba Halcón Negro, jaja.


El fútbol, a veces, no sólo sirve para ser un borrego, para desahogarse de las propias frustraciones o para tomarse unas cervecitas y unas patatas Torres mientras ves un partido.
De vez en cuando tiene algunas cosas positivas, o diferentes.
Nadie lo diría, oiga.
Pues sí, ya ves tú.
Antes, por aquí, los integrantes de un equipo de fútbol eran todos de la península, oriundos aparte. Con los años la sociedad ha cambiado, como debe ser, y ya hace un tiempo largo que en cualquier categoría, no sólo en las punteras, hay futbolistas de cualquier nacionalidad.
Los primeros en aparecer fueron los marroquíes, que por cierto se duchan todos con los calzoncillos puestos: agarran el jabón y se frotan las partes y el culo encima de la tela.
Eso, vaya tela. Una de dos: o se cubren por un exceso de fogosidad (con lo cual en un momento dado les da igual carne que pescado) y así, tapaditos, no tienen malos pensamientos, o bien son cosas de la religión musulmana.
Supongo que debe ser por esta última razón.
En la comarca donde vivo, el Maresme, los primeras personas a las que ahora se les llama (más bien despectivamente, por mucho que digan) inmigrantes que vinieron fueron los marroquíes, sobretodo del Rif (bereberes), y los habitantes de África Central: ghaneses, cameruneses, gambianos… Todos vinieron a trabajar en los campos de flores, sobretodo claveles, que existen por la zona (mal pagados, explotados, etc., por supuesto). Actualmente casi todos están asegurados, pero siguen cobrando una birria.
En los últimos años el tema se generalizó, y ahora hay gente de todas partes: hoy es extraño que no haya en ningún equipo algún jugador de otra nacionalidad.
Como debe ser, vaya.
Cuando jugaba en el equipo amateur (sigo jugando, pero en veteranos, aunque más bien parece que juguemos a hockey sobre hierba, todos con el bastón y la botella de oxígeno a cuestas detrás de la pelota), teníamos un jugador que se llamaba Kebba. Era hijo del Benata (era del Espanyol, el jodido) y de la Fanta (palabra, se llama así), llegados desde Gambia (creo) desde hace muchísimos años, y vivían muy cerca del campo de fútbol. Todos los hijos hablan catalán y castellano perfectamente, además de licenciarse en la uiniversidad.
Uno de los hermanos del Kebba, el Bubba, también había jugado hacía un par de años con nosotros.
El equipo de veteranos, confraternizando con el contrario y con el árbitro, el Moreno, que solía coger una silla y venir a cambiarse con nosotros, carajillo en ristre.
Un día fuimos a jugar a Mataró contra uno de los equipos de barrio de allí; creo que era el Ronda, si no recuerdo mal. Por aquella época yo ya era el capitán, a pesar del entrenador que teníamos, que no tenía ni idea y que quería poner a su hijo (y yo le dije que una mierda), así que representa, entre otras cosas, que debía poner paz, orden, que no nos peleáramos con el contrario, con el árbitro, con el público (si lo hay, claro), y sobretodo entre nosotros, que también teníamos alguna pieza de cuidado (y seguimos teniéndola, pero esa es otra historia).
El Kebba era media punta. Era alto, musculoso, fibrado, con cuerpo de atleta de 100 metros lisos. Jugaba hacía bastante bien, aunque, como era jovencito, tenía ese punto de impetuosidad, y a veces hacía alguna entrada a destiempo.
Corría la segunda parte y perdíamos por dos a uno, me parece. En un lance, el Kebba intentó recuperar el balón y entró a un contrario, que supongo que se debió llevar una patada. El árbitro no pitó nada y el agredido pilló un cabreo de mil pares y ni corto ni perezoso se dirigió al Kebba, que seguía la jugada, gritándole:
- ¡Tú, negro de mierda! ¡Te vas a enterar cuando te pille, hijo de la gran puta!
Él no le hizo ni caso, pero yo, que estaba al lado, me fui hacia él y me encaré:
- Mira, tío, llámale hijoputa, cabronazo o lo que te de la gana, pero como le vuelvas a llamar negro de mierda te vas a enterar ¡Subnormal, payaso, racista de los cojones!
Me sacó de quicio el tipo, es algo que no soporto.
Y claro, se lió la tangana.
Los unos por aquí, los otros por allá, mis compañeros separándome (cuando yo no tenía ninguna intención de liarme a guantazos, jamás lo he hecho), y yo diciéndole al árbitro que debería vigilar más esos comentarios xenófobos.
- Lo siento, Llorenç, no lo he oído…
- Si lo hubieras escuchado, habrías hecho algo?
Lo dudo mucho. Los árbitros de estas categorías son más malos que nosotros jugando, que ya es decir.
En fin, que finalmente los ánimos se apaciguaron y todo quedó en nada, como sucede casi siempre.
Entonces, cuando se iba a reanudar el juego, se me acercó un jugador contrario, me miró a los ojos fijamente, me señaló con el dedo y me dijo:
- TÚ, LO QUE ERE É UN PIMPIM.
Un pimpim? Joder, esa palabra me descolocó del todo. Un pimpim?, pensé. Y me eché a reír.
- Vale, pues soy un pimpím.
Pasé de él, y continuamos jugando.
Cuando acabó el partido (perdimos), conté la frase en el vestuario y nos reímos todos un buen rato, Kebba incluído.

Para que luego diga alguno que el lenguaje no evoluciona. A ver cuándo incluyen esta palabra en el DRAE.

Uno de estos es un pimpím, según parece.


Por cierto, vale, soy un pimpím, pero aún no sé lo que significa.

10 comentaris:

Juan Miranda ha dit...

Siento decirtelo y sacarte de dudas, pero el menda aquel te llamó tonto, segunhttp://www.insulton.es/makepdf.php
El gran diccionario del insulto.

Araceli Esteves ha dit...

A mí mes que PIMPIM, en aquestes fotos em sembleu PIN y PONS.

Anònim ha dit...

Pues si los pimpines son como tú , bienvenidos , y que proliferen .
Tengo dos preguntas para el señor pimpim:
1.Quién eres tú en las dos fotos? Da una pista , home.
2.El post anterior es tuyo?
Es que era un poema (que por cierto, ma gustao) y quería saber la autoría.
Y ná, que un petón , que tengo que seguir, tos los días visito un bloguecito , aveces dos , y mira , hoy he venío aprovechando la condicional pa verte a ti .
(Bueno y a la buenorra de Araceli , esta mañana la visité).
Ciao.

strongboli ha dit...

JUAN, eres un cabrón, yo que me quería morir sin saberlo...
ARA, el PONS (un amic meu) no surt a les fotos.
REYES!! Respondo a vuestors requerimientos:
1.Salgo en las tres fotos (una pista).
2.El poema, o lo que sea, es mío, si, aunque parezca mentira.
Petons pimpineros escarlatas.

Bárbara ha dit...

Si es que estás hecho un Pimpim...
Yo sí te he reconocido ampliando la foto, la melena al viento y la expresión un tanto sorprendida...
jaja, lo que me he reído con lo de veteranos jugando al hockey...
Y oye, que sepas que a esto se le puede considerar ombliguear. Petons.

Juan Miranda ha dit...

Pos ego, si que lo ha reconocio:

En el afoto de los años 70, es el segundo despues del de azul(los que estan de pié), entre los dos bigotudos.

En la segunda afoto, no la puedo ampliar y purlutant, no se cual es, aunque lo vislumbro.

En la tercera afoto, es el que está semiincorporado.

Y si, "soc un tros de cabró" y me encanta, soy especialista en contarles el final de las peliculas a mis amiguetes, que se jodan.

llibretera ha dit...

Juan, yo barreré pa casa proponiendo "El gran libro de los insultos" que aparte de bonito tiene más de mil improperios para deleitar a cualquiera.Mientras, seguro,buscas en internet, me imprimo el insultón y la foto del colectivo en formato poster para colgarlo en la cabina del trailer.
Y es que como el papel, res de res.

http://www.esferalibros.com/libros/librodetalle.html?libroISBN=9788497347341

Miguel Baquero ha dit...

Pues sí, es verdad, ser un pimpim pues es ser un poquito tolai, un tontito, un tolili. Algo parecido.

Traducción por traducción, ¿tú sabrías decirme lo que es ser "un pink floyd", que a mí me lo han llamado alguna vez?

Y yo también he jugado al furgo, colega, pero no entre palmeras, me cago en la mar. Yo he jugado en un campo que se llama El Cotorruelo. Con eso te lo digo todo.

BB ha dit...

Llorens, yo no sé si eres pim pim
seracundín, de la ceca a la meca
o a la tortoleca, sólo que me ha
encantado tu relato, pero aún
no te distingo en la foto.
Eres el más guapo, seguramente.
Besos
BB

strongboli ha dit...

Yo seré un pimpim, pero tú eres una perspicaza, BÁRBARA. Y podría ser ombliguear, pero es que resulta que no tengo ombligo. Te lo juro. Petons.
JUAN, veo que aún no necesitas ir al oculista. Será la absenta, que bien te sienta.
LLIBRETERA, tienes toda la razón, nada como el papel (de fumar).
MIGUEL, un pinfloid vendría a ser un matao, o algo así. Oye, pues he mirado en el google qué tal es el campo del Cotorruelo y no está nada mal, aunque no tenga palmeras. Tiene gradas, nosotros sólo tenemos un superbar.
BB, gracias, supongo que mi madre debe pensar eso (o no, aunque nunca me lo ha dicho, es muy suya). En la última foto soy el que está más o menos de frente, arrodillado. Petons.