dimecres, 14 de gener del 2009

OVEJAS CONSUMISTAS



Bienvenidos al nuevo año y estas chorradas que se dicen cada vez que las medidas de algún período de tiempo llegan a su fin y entonces hay que volver a empezar y ya tenemos la excusa perfecta para montar fiestas y celebraciones y desearnos buenos sentimientos los unos a los otros. Qué bonito, verdad?
Desgraciadamente, como siempre pasa, el año no ha comenzado con buen pie. Ya tenemos otra guerra. Dicen algunos que se trata de una guerra preventiva, pero yo lo veo más bien como un exterminio preventivo.
Esto de la prevención, mejor dejarlo para los médicos, siempre que no sea el Dr. Mengele o similares.
Así que, ha empezado esta maravilloso 2009 y, como es preceptivo, llegan las rebajas, un indicativo veraz de hasta dónde puede llegar el consumismo dentro de nuestros cuerpos serranos.
He leído estos días dos noticias:
En los USA, en su primer día de rebajas, murió un empleado de unos grandes almacenes. Antes de abrir de buena mañana, ya había una cola de cojones en la puerta. La gente empezó a empujar, este buen hombre estaba detrás, en el interior, intentando calmar a la peña enloquecida, cedieron las bisagras y al tío lo aplastaron cual estampida de bisontes y allí se quedó, frito, debajo de la puerta y de las innumerables pezuñas del rebaño humano que se abalanzó hacia dentro de los almacenes.
Creo que no se detuvo a nadie, por esto. Creo que deberían haberlo hecho con todos los que entraron en tromba. Todos palante, al talego. Ya no tan sólo para acusarlos de homicidio involuntario, sino por imbéciles.
Qué imbéciles.



Y qué triste, morir así.
La otra:
Una mujer, compradora compulsiva, tenía toda su casa abarrotada de trastos, de todo tipo, que no necesitaba para nada. Sólo de bufandas, tenía más de trescientas. Todas las habitaciones y pasillos de su hogar estaban repletas de cajas de todos los tamaños, unas encima de otras. Casi no se podía circular por la casa. A la mujer, un día, le dio por remover cosas por algún rincón, y accidentalmente se le cayeron unas cuantas cajas encima que le impidieron moverse, no la dejaron respirar y murió asfixiada por el peso.
Fueron los vecinos, los que la encontraron.
Qué triste, morir de esa manera.
Más triste aún es que del consumismo y del borreguismo no se libra ni dios, y yo aún menos. Me he comprado unas botas preciosas en las rebajas, como todo cristo, y volviendo en avión, llegando a Barcelona con más de dos horas de retraso, el capitán del vuelo recuerda que no nos desabrochemos el cinturón ni nos levantemos del asiento hasta que el aparato se haya detenido completamente y las luces que así lo indican se enciendan. Pues bien, el avión no estaba del todo parado, se levanta un tío, coge la maleta del compartimento superior y todo el pasaje hizo lo mismo, y yo el primero. Entonces se oyó la voz del capitán, medio cabreado, diciendo que aún no se había dado la señal para levantarnos, me volví a sentar con cara de capullo y pensé:
- ¡Qué borregos que somos! ¡Bééééééééééé!
Pues eso.

(Editorial del Catipén del lunes, 12 de enero)

5 comentaris:

Anònim ha dit...

Jajajajaja....
sé más indulgente contigo, hombre, lo de coger la maleta lo hiciste por imitación inconsciente , seguro que estabas pensando en otra cosa...
y en cuanto a los borregos, pues sí.
Te doy toda la razón.
Yo hoy , iría incluso más lejos en esto de la imbecilidad humana , con motivo de la condena a 20 años a la madre y al novio de ésta en el caso de Alba, la niña que está inválida por las gracietas de un tarado .
Y al padre bológico, qué?
No le cae nada?
Encima el tío protesta por la sentencia, ahora todo le parece poco para castigar a los torturadores de su hija , pero y él, qué hacía mientras la niña aparecía en el cole con fracturas y calvas de la tensión nerviosa??
Miraba para otro lado, o qué??
En vez de pillarse una recortá y dispararle en los huevos al novio de su ex, estaría en la cárcel, pero la niña se habría salvado.
...
Perdona, estos temas me ponen muy nerviosa.
Tu texto, muy bueno, me he reído, pero era una risa amarga.
Besos.

Araceli Esteves ha dit...

Y tan borregos que somos...buena reflexión.

Bárbara ha dit...

Beeee... quiero decir que estoy de acuerdo, que yo pensé los mismo del dependiente asesinado por el consumismo, qué manera más triste de morir: debería convertirse en mártir del capitalismo...
Es peligroso ser borrego, uno echa a cruzar porque el de delante lo hace y resulta que el semáforo está en rojo y...
Besos de regreso.

Txell Sales ha dit...

Estic d'acord en que és el que està passant és un extermini preventiu i que és molt dur allunyar-se i viure fora del ramat. És cert que quan algú se salta una norma, si no ho fas, tens por que et mirn malament.
Bon text. Quatre petons.

strongboli ha dit...

REYES, a todos estos que dices habría que hacerles una lobotomía, por lo menos... Me acuerdo de aquel subnormal que reclamó el importe de la reparación de su coche después de atropellar y cargarse a una persona. Y creo que encima fue por su culpa, el accidente... En fin... Besos.
(Y si, siempre estoy pensando en otra cosa).
ELPA, em sembla que em faré gos d'atura...
BÁRBARA, igual es por eso que procuro cruzar la calle con el samáforo en rojo... Así me siento menos ovejo. Petons.
TXELL, potser seria bò fer-se capellà,llavors el ramat el portaria un mateix (si, i què més, jaja). Cinc?