dimarts, 14 d’octubre del 2008

HISTORIAS DE LA CAMILA: La abuela Pepita

Mi madre, Camila, tuvo una infancia difícil, como tanta gente en la posguerra. Su padre, mi abuelo (sabia deducción) murió cuando ella tenía tres años. A los diez, su madre, mi abuela (pero qué listo, madre) la abandonó y la dejó al cuidado de su madrastra, la iaia Consuelo, a la que llegué a conocer y recuerdo bien, ya que murió cuando yo tenía cinco años, se ve que ya me acordaba de cosas. La mujer se enamoró de otro hombre y se fue a vivir a La Rioja, o Vitoria, o yo qué sé.
En cualquier caso, se largó al norte.
De vez en cuando a Camila le llegaba alguna carta de su madre, hablándole de asuntos varios, como que no podía ir a verla porque no tenía un duro. Aún las conserva, me las enseñó el otro día. Mi madre, una vez que se casó y tuvo sus siete hijos, no quiso saber nada de ella, o al menos no hizo nada por volverla a ver.
Así crecimos los hermanos, sin abuelos maternos, cosa que tampoco creó ningún trauma a ninguno de nosotros, al menos que yo sepa. A mí, ninguno.
Mi abuela Pepita tuvo un hijo con su nuevo marido, que murió relativamente joven, dejando un hermanito para mi madre, que también murió (el hermanito, no mi madre), éste en circunstancias digamos extrañas. A su vez, mi tío, al que no conocí, tuvo tiempo, antes de morirse, de tener también un hijo, al que tampoco conozco.
Así las cosas, un buen día a mi madre le dio por saber si su madre aún vivía. A través de una de mis hermanas, por círculos extraoficiales, se enteró de que estaba en una residencia, en un pueblecito de la Rioja del que no recuerdo el nombre.
Una de mis hermanas y yo nos ofrecimos a acompañarla, por si quería verla, pero mi madre, aprovechando unos días de vacaciones a Euskadi, se pasó por allí.
Esta es la foto que mi madre le sacó a su madre y que me dio como recuerdo.

Mi abuela llamaba a su hija María Rosa, no Camila.
Pepita no reconoció a María Rosa, y a Camila menos.

Aún vive, pero ya no está, pobre.


2 comentaris:

Bárbara ha dit...

Qué historia. Qué duro pero qué bonito lo cuentas. Y qué listo eres, tú hasta te orientarías en la familia de Julio Iglesias.

strongboli ha dit...

En la de Julio Iglesias? Quita, quita, antes me suicido...