dimarts, 19 de juny del 2007

VIOLETA Y EL EXPRESO DE SHANGAI.

Violeta cruzó la calle sin mirar, y afortunadamente no pasaba ningún coche en ese momento, con lo cual nadie la atropelló. Eso la alegró profundamente, ya que no tenía ningunas ganas de morirse así como así, o tirarse una temporada en el hospital. Qué suerte he tenido, pensó. En ese momento a Violeta le vino a la cabeza la frase aquella de que no tientes a la suerte, y volvió a cruzar la calle sin mirar, pero esta vez a la pata coja. No se sabe si fue por ir a la pata coja o no, pero lo cierto es que a Violeta se le acabó la suerte en aquel momento, ya que en ese momento pasaba por allí el expreso de Shangai, llevándosela por delante y arrastrándola cientos de metros. Bueno, arrastrando lo que quedó de ella del brutal impacto anterior. Nadie supo jamás qué coño hacía el expreso de Shangai circulando por una calle, sin raíles, pero lo cierto es que Violeta murió, y de qué manera, tan extraña…

FIN

1 comentari:

Unknown ha dit...

...Violeta era así, rarita, se enamoraba a los dos dias de conocer un hombre. Violeta en ese momento estaba liada con uno que habia conocido por internet y ya habia olvidado que su ciberamigo de shangai le habia prometido ir a buscarla a su casa... tenia mala suerte con los hombres y asi fué hasta el fin de sus dias...